viernes, 19 de agosto de 2011

Desde ese día (Edith Moncada)



Edith Moncada


Desde ese día
Una mañana cualquiera, se abrió tu ventana,
abriste también la puerta, para que ella entrara.
Cándida saludó tu alma 
volviste a sentir alegría
después de tanto tiempo
lágrimas antes vertidas te parecieron falsas, vanas.
Sonreíste y te envolviste la piel en suaves pétalos
que ella cada día te dejara.
Llegaba la juventud otra vez,
no preguntaste cómo estaba,
nunca averiguaste si era feliz o si era amada.
Lo diste por hecho y callaron tus palabras.
Ella te dio todo, desde ese momento
te fundiste a sus entrañas.
Así vives cada mañana soñando
esperando volver a encontrarla.

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