Sobre el alcor el viejo campanario
en ruinas de memoria recortaba
su vetusto perfil que cual plagiario
el sol sobre la arena reflejaba.
Ardiente pájaro de apenado vuelo
cuyos pecho la brisa no aliviaba
demente hurgaba la oquedad del suelo
tanteando la humedad que no gozaba.
Un monje al ventanal,cual primavera
un balde le arrojó como una ola
y el árido agujero de la espera
abriose entre la grieta cual corola.
Bebió el ave en la cuna de su abismo
la suavidad , la luna, la alegría
el lucero el invierno y hasta un cismo
removió de su pecho la agonía.
Voló a la cumbre por mirar el día.
Su pensamiento entró por el alero
buscando aquel milagro que fluía
y halló sólo de un monje el placentero
rostro que aunque otoñal, le sonreía.
Asi quedó la historia terminada
del viejo campanario y la sequía
De un pájaro sediento que lloraba
y un caracol que apenas si cabía
Hermoso poema sacado de un cofre de oro.
ResponderEliminarUNA GRAN DAMA DE LA POESIA. ES INCREIBLE COMO ESCRIBE ALEYDA!!!
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