Otoño
Se desploma la llovizna,
acuosa y persistente,
en las veredas de ocres tapices
donde apéndices despojados
lamentan su soledad.
Los charcos que se desintegran
en el empedrado
son el espejo de la naturaleza.
Hay flores nuevas de arbustos primitivos
Y rezongos de ranas
en el huerto adormecido.
En las horas sombrias y solitarias
los duendes de la nostalgia
rondan los recuerdos para atrapar ingenuos.
Hay que atreverse a escapar,
no dejarse encarcelar
por estos azotes de la melancolía.
La humedad desgasta el alma, y los
sollozos sofocados ,con pañuelos de seda
de aromas de un ayer soñado,
son memorias que vuelven
como el otoño de todos los años.
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