En esta tarde la soledad
me envuelve
y la punta de mí alma llora,
mansamente,
sín rebeldía.
No deseo hacerlo
pero, me acompaña
porque me siento sola
es como sino le intereso
a la vida.
Milagrosa y encendida la indiferencia
está acomodada íntimamente
en cada parte de mi ser.
Me acompaña la rutina
Busco la respuesta en la claridad
de esta tarde
y las lágrimas me asaltan
y quedan prendidas en mis ojos.
Llega a mí una melodía de algún lugar
en el cristal de mi ventana el viento
cruza
con un impulso curioso.
y me mira hondamente a los ojos
lo miro tiernamente como una nueva mentira.
Necesito que regrese a mí la calma
sín embargo esa furiosa calma
se hace ausente
y abrazo la vida con la posiblidad de una sombra.
Camino el dorado vegetal de mí jardín
y callo, callo cada sueño
que en el alma se oculta.
Me desgrano las lágrimas brotan
simplemente porque mis labios
aprietan las palabras.
El jardín sigue guardando entre mis secretos
la espera...
esa espera sin formas
que me falta descubrír sabiendo que existe.
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