Algunas veces cuando sueño
sobre la noche en mi ventana,
recuerdo como piedras calientes
entre tus dedos una paloma
nubes en mi cielo obscuro
sobre una almhoada suspiran los grillos
una monja mira en el espejo
detengo mi mano
mañana en el despetar
de amapolas doradas y rosas negras
cubriré mi desnudo cuerpo
con sus lubricos deseos
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