Amor tu nombre sabe de caricias dormidas
es himno de pasiones por doquiera se asome
un ave que callada entre la quietud del día
demanda por las noches mis locas ambiciones.
Vocablo favorito de dermis sin cordura
un agujero negro, la cavidad bendita
la fuente indescifrable de extensa tesitura
la voz en el desierto que al muerto resucita.
Encarnado, cuantioso, guapo cuadragenario
un ósculo de sangre pactando con mis labios
un verso y un latido, profano, mercenario
ese jardín florido bajo lluvia de mayo.
Un sismo clandestino buscando mis caderas
dúctil encantamiento, manjar de mis anhelos
protesta de mi cuerpo, la cérvix traicionera
maná de lo perfecto, piel que cayó del cielo.
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