domingo, 14 de agosto de 2011

No canto porque hiero este silencio (Ángela Genoveva Henríquez)


Un ruiseñor de luz evoca y canta en la selva morada del estío

-el bosque era el cobijo de animales

la música corría con sus hijos

el misterio jugaba con los pájaros

y el agua en los colores de la lumbre

en las casas retozaba la alegría con la sopa caliente en la cocina.

En los troncos de los árboles

papeles 

son los libros 

son los libros que escribirá el futuro

las flores perfumaban el ambiente de la tierra que dormía con ternura 

sólo las garzas verdes se desprenden de las ramas que yacen doloridas

ellas buscan el sosiego de mi canto

un canto que se olvida de su canto

un trino que se olvida de su trino

no canto porque hiero este silencio

cuando la muerte canta se fatiga.

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