Lluvias de guayabos cae
el jardinero sacude al árbol
para hacer los dulces del verano,
algunas frutas estallan bajo mis pies
el aroma se respira
volviendo a resucitar en mi interior
aquellos pensamientos luminosos
escondidos discretamente
en un regreso imposible.
Hay un agitar entre las hojas
llenas de alas
bajo una bandada de pájaros,
dos pitogues nos miran y sus clamores
llenan el silencio de la siesta
anunciando un embarazo.
La empleada se esconde
más allá de su cumplimiento
y quedo sólita recogiendo guayabos
bajo el grito de las aves.
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